La naturaleza no deja de sorprendernos esta vez una peligrosa mantarraya se porta de forma amable con un niño que quizás no es consciente del peligro, sin embrago aun decide jugar y alimentar al peligroso pez. Este curioso caso ocurre en el Puerto de Vueltas, Valle Gran Rey en España.
Las mantarrayas por lo general no son agresivas pero si peligrosas, es una especie pacífica, solitaria y no territorial. Además tienen un aguijón en su cola muy venenosa que al pinchar a su víctima la inmoviliza y le causa mucho dolor. A sabiendas de todos estos datos y del niño jugaba con el cartilaginoso pez.
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